De nuevo Gran actuación del grupo Tierra

En la sesión acústica que nos brindaron el grupo Tierra, nos quedó claro que se venía algo especial para su residencia de 3 noches en el Teatro Barricadas de Roble Alto. Un espectáculo cercano, cargado a los instrumentos orgánicos, las guitarras con cuerdas de nylon, un piano de cola, violines y percusiones.

Entrar al teatro de calle Carlos Valdebenito fue lo más parecido a pasar a una casa grande, de esas en la que los integrantes del grupo Tierra se fueron formando como grupo, como músicos y como amigos y familia. Esas casas que albergaban a sus cercanos y que generaba comunidad. Fue precisamente uno de sus amigos y colaboradores, el guitarrista Pedro Felipe Agüero, el encargado de recibir a la banda, que se hizo paso por las puertas del lugar hasta llegar al escenario y dar el inicio a un set de 2 horas y media, cargado a lo más profundo de su obra.

Esta casa del grupo Tierra en el Barricadas de Roble Alto recibió invitados a aristas de Esta casa del grupo Tierra en el Barricadas de Roble Alto recibió invitados a aristas del calado de Antonio Mora, o Los discípulos de Agora o los mismísimos Lagarto Francés. Todos ellos ayudaron a enriquecer piezas queridas como «La batuta», «El día gris», un repaso de «Calypso Rock».

Nadie estaba para los hits ni para las secciones que hemos conocido con distintas formaciones en más de veinte años. Este era el momento de rescatar verdaderas joyas, de deleitarse con el arranque de «Melisa» y «Cuánto esperar la libertad «, de conmoverse con sus versiones para «Alicates fuertes» y «Vecindario», de disfrutar de micro canciones como «Azulito», «Viento polar» y «La cimbre de las águilas». Todo esto mientras Agüero iba dando forma a una nueva obra mientras las canciones sucedían.

Esta era una noche de revisión histórica desde una perspectiva fresca. Es ahí donde se reivindica el lugar de «Olvido involuntario», «Terrasa» y «Mamerillo», todas con nuevos arreglos. Y por supuesto, la fiesta participativa para ir redondeando la velada con una irrepetible toma para «La traición del Inca».

Luego del bis de «Paniduro» y «Viaje sin regreso a la inmensidad», nadie se mueve del teatro y al unísono se escucha el clamor de «La fiesta final». La banda sale con todos sus invitados y terminan tocándola, contrario a sus planes originales y sobrecogidos por el cariño del público. Suben amigos, niños, familia, todos para compartir el broche de oro de un concierto que sin duda se nos quedará grabado por un buen tiempo en nuestros corazones. El grupo Tierra no se desmiente.